lunes, 11 de abril de 2022

Los oráculos no son un mito o algo ficticio. La gran importancia de esta practica en la antigüedad

 

Oráculo de Delfos,  un poema 


Una semana más compartiendo con vosotros, ¿Cómo estáis?

El martes pasado os presentaba a Diotima, ¿os acordáis? Hoy, siguiendo un poco en ese contexto hablaremos de adivinación y veremos qué fue el Oráculo de Delfos.

Hoy vas a encontrar lo siguiente:
- ¿Quién fue Apolo?
-¿Qué fue el oráculo de Delfos?
- “Hace 14 años”

¡Empecemos!
Apolo, dios de las artes, de la música, de la adivinación y de la luz
 
Os decía que el Oráculo de Delfos tiene mucho que ver con la newsletter de la semana pasada porque Diotima, sacerdotisa, ejercía la adivinación allí. Aquel oráculo era del dios Apolo, hijo de Zeus y de Leto, hermano de Ártemis (diosa de la caza) uno de los 12 dioses olímpicos.

Si el asunto era importante y uno podía permitírselo, consultaba a un oráculo, y el mejor estaba en Delfos




Oráculo de Delfos


Los oráculos tenían una función muy importante en la antigua Grecia, no son un mito o algo ficticio, se acudía a ellos con frecuencia para hacerles preguntas o predecir el futuro. Aunque sus respuestas eran consideradas "infalibles", tenían que tener mucho cuidado en la formulación de las preguntas y en la interpretación de las respuestas, pues solían tener doble sentido o ser muy ambiguas.

Para los griegos la adivinación no era solo una cuestión religiosa. También una ciencia, una de las technai que Prometeo robó a los dioses, junto con el fuego, para regalarlas a la humanidad. Se la consideraba de las más importantes, por debajo tan solo de la medicina.

Su fama llegaba incluso a Egipto y Asia Menor. Recibía viajeros de las colonias más remotas; entre polis enemigas existía un pacto que garantizaba a los peregrinos un trayecto seguro. Reyes y políticos consultaban al dios en persona o mediante embajadores. 

Grandes personajes históricos acudieron al Oráculo de Delfos en busca de respuestas, como Alejandro Magno o Temístocles.


El santuario también atraía a los intelectuales: Plutarco fue sacerdote, Pitágoras adiestró a una sacerdotisa, Sócrates ironizó asegurando que el oráculo le había nombrado el más sabio entre los hombres... gracias, precisamente, a reconocer su ignorancia. Es difícil saber por qué cosechó Delfos un éxito mayor que el de otros centros religiosos, como los oráculos de Zeus en Olimpia o Dodona.




La próxima semana, os cuento algunas curiosidades sobre Apolo.


Hace 14 años 

Me siento fuerte, lo juro.

Y, a pesar de ello, aún me tiembla la voz al contarlo. Aún siento una presión incómoda en el pecho. Aún tengo que parar a coger aire cada vez que llego a cierto número de palabras y, aún, me cuesta mirar a unos ojos cuando hablo.

Me siento fuerte, de verdad, porque he cargado durante tanto tiempo con un peso que no me correspondía que no existe forma de que esto no me halla hecho de hierro.


Estoy muy contenta compartiendo este pequeño rincón con vosotros, ¿Qué te ha parecido? Cuéntame qué piensas , me encanta leeros.

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Gracias, de nuevo, por hacer esto posible.

¡Nos leemos pronto!

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