domingo, 24 de abril de 2022

Una de las muestras de arte rupestre mas importantes de la humanidad. La cueva de La Garma


La cueva de La Garma (Cantabria),

 Patrimonio de la
Humanidad



 















Caballo
magdaleniense




 



Una
de las cuevas con representaciones gráficas rupestres de Cantabria más
espectaculares y a la vez menos conocida por el gran público es la Cueva de La
Garma, que junto a otras ocho cuevas cántabras en julio de 2008 fueron
declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Dos factores son
determinantes en dicha circunstancia, la constatación de la existencia de las representaciones
parietales es relativamente reciente, fueron descubiertas en 1995 en el
transcurso de los trabajos de investigación arqueológica de oquedades próximas
y por otro lado el hecho de que es una de las cuevas cántabras cuyos tesoros
paleolíticos no son visitables por el público ya que el acceso en la actualidad
es bastante dificultoso, es preciso entrar a través de otra cueva, La Garma A,
requiriendo equipos de espeolología para salvar varias simas. El conjunto ha
sido declarado zona arqueológica y BIC, por lo que goza de una importante
protección actualmente.



 



Localización



La estación rupestre es un
yacimiento costero que se localiza en un pequeño montículo a orillas del mar
Cantábrico en el municipio de Ribamontán al Mar. La cueva forma parte de un
conjunto kárstico de múltiples galerías, en ocasiones interconectadas entre
ellas, con tres niveles diferenciados. Las representaciones rupestres se hallan
en la Galería inferior.














Ciervo rojo




 



¿Qué esconde este
pequeño gran montículo?



 



Este
monte no sólo guarda en sus entrañas las representaciones rupestres, La Garma
es un extraordinario mosaico arqueológico de varios yacimientos que son
testigos de numerosas fases de ocupación antrópica. La ocupación (repartida en
diversas cuevas) mínima del lugar comenzó hace al menos 80.000 años, durante el
Paleolítico medio con la presencia neandertal, luego dejaron huella de su
presencia los hombres anatómicamente modernos, con un magnífico yacimiento
paleolítico (especialmente la ocupación magdaleniense, 16.500 BP), también hay
niveles arqueológicos del Mesolítico, el Neolítico, el Calcolítico, y
ocupaciones de época de la Edad del Bronce y de la Edad del Hierro con un castro
cántabro en la cima, así como un sepulcro en cueva de época visigoda
(altomedieval). Además, debido a la espectacularidad de la ocupación
magadaleniense hay que señalar que se conserva in situ el suelo paleolítico,
con los restos visibles a nivel superficial gracias a que un derrumbe selló la
entrada hasta el momento de su descubrimiento a finales del s. XX. En el
registro arqueológico se cuentan por miles los objetos de industria lítica,
adornos y una extraordinaria colección de representaciones mobiliares. La
mayoría de estos objetos pertenecientes a la Galeria Inferior han sido
estudiados sin excavar, usando técnicas de fotometría, conservando de este modo
el yacimiento casi intacto.



 



 



Las representaciones
parietales



 



La Garma es un
extraordinario conjunto de más de 500 grabados y pinturas en el que se
documenta la temática habitual paleolítica: fauna con grandes animales, manos
en negativo, máscaras (con paralelos en Cantabria fundamentalmente, El Castillo
y Altamira) y signos abstractos. Las representaciones de animales superan el
centenar: caballos, bisontes, ciervas, cabras, un carnivoro, un uro, un
megacero y algunos otros animales de difícil determinación.



 



Los
estudios de las representaciones parietales hablaban de tres momentos
creativos, durante el auriñaciense, el solutrense y el magdaleniense en función
de los métodos comparativos. Atribuían al gravetiense las manos en negativo y
los signos no figurativos, las pinturas rojas al solutrense y las pinturas
negras y grabados al magdaleniense. Sin embargo, las dataciones obtenidas por series
de uranio nos retraen a hace 30.000-25.000 años (auriñaciense-gravetiense), en
concreto se dató con este método un panel formado por figuraciones rojas, un
uro y dos cabras, a partir de una concreción estalagmítica que se había formado
encima del contorno de una de las figuras. Esto viene a apuntar en la misma
línea que los datos obtenidos en otras cuevas como Chauvet (Francia) de que la
clasificación por criterios estilísticos está más que obsoleta.














Panel de uro y
cabras




 



Los hombres del
Paleolítico usaron una gran variedad de técnicas en la cueva de La Garma, desde
macarroni (grabados sobre la arcilla de las paredes que se obtienen deslizando
los dedos) a grabados con buril, raspados, pintura soplada, líneas punteadas,
trazo lineal, tamponado, tintas planas, rojas , negras y amarillas, llegando en
algún caso a la bicromía.



 



Las
representaciones se esparcen a lo largo de la Galería Inferior por las
diferentes partes que componen la cueva, aprovechando incluso los divertículos
existentes, concentrándose en las zonas cercanas a la entrada paleolítica
actualmente sellada por un derrumbe.



 













Grabado cierva




 



Zonas de habitación y
ocupación




Que el depósito
arqueológico fuese sellado durante la ocupación magdaleniense ha permitido un
estudio global de los contextos de ocupación, documentándose incluso la
existencia de cabañas interiores, alguna de las cuales ocupaba zonas interiores
de la cueva sin iluminación. Una de esas cabañas, interpretada a partir de los
restos de piedras alineados de forma circular, estaría hecha con pieles o bien
fibras vegetales con madera. Es de reseñar la importante decoración existente
en esta zona, desvirtuando así la concepción de las estaciones rupestres como
“santuarios”. Otra de las zonas, en este caso más al interior, ha sido
propuesta por el equipo de investigación como un taller de objetos de “arte”
mobiliar y objetos de adorno debido a la gran acumulación de ellos documentada
a partir del análisis contextual. También está decorada














Contorno recortado en forma de cabra




  

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