sábado, 9 de abril de 2022

Filosofía-Reflexión sobre la muerte según Epicuro.

 


La muerte según Epicuro y "Lo que cuidas florece", un escrito propio

Un día más con vosotros. ¿Cómo estáis?

Hoy os traigo a uno de mis filósofos favoritos: Epicuro. Estoicos, por favor, continúen leyendo y no se den de baja del newsletter. La concepción de la muerte de Epicuro me parece muy bonita y quiero compartirla con vosotros. Después, un texto propio, "Lo que cuidas florece", sobre el autocuidado del que a veces tanto nos olvidamos

Empecemos.









La muerte: ¿Qué nos dice sobre ella Epicuro?
 
Es la muerte, sin duda, uno de las mayores incógnitas de la vida (qué contradictorio, ¿no?). Sabemos que vamos a morir, de hecho, sabemos que tenemos que morir. Y, a la mayoría, nos acojona. Porque, ¿Qué pasa?

Este tema ya daba mucho de que hablar hace miles de años. Hoy os voy a contar lo que decía Epicuro sobre la muerte y sobre su actitud tranquila ante ella. Afirma el filósofo lo siguiente:
 
"Acostúmbrate a pensar que la muerte nada es para nosotros, porque todo bien y todo mal residen en la sensación, y la muerte es privación de los sentidos".

"El más terrible de los males, la muerte, nada es para nosotros, porque cuando nosotros somos, la muerte no está presente. Y cuando la muerte está presente, entonces ya no somos nosotros. En nada afecta, pues, ni a los vivos ni a los muertos, porque para aquéllos no están y éstos ya no son".
 
¿Qué nos quiere decir exactamente Epicuro con esto? Dos cosas, que al morir dejamos de sentir, por tanto, no sentimos ni bien ni mal, la muerte no es nada para nosotros; y que nunca la muerte y la vida se dan al mismo tiempo, por tanto temer a la muerte mientras se está viviendo es de "necios".



Lo que cuidas florece

Llegará un día en el que, agotados, nos preguntaremos cómo hemos llegado hasta aquí, cómo estamos tan cansados si hemos hecho todo lo que se esperaba de nosotros.

Paradójicamente nos pesa el cuerpo y, al mismo tiempo, nos sentimos vacíos -o llenos de cosas que no nos corresponden-.

Estamos tan ocupados en hacer lo que se supone que debemos hacer, que no tenemos tiempo para cuidar lo que verdaderamente tiene que florecer.

Quizá sea el momento de soltar todo lo que tienes en las manos, volver a sentir el pulso del que casi habías olvidado el ritmo y regar todos los rincones que están empezando a secarse.




Aquí termina esta dosis de filosofía. Estoy muy contenta compartiendo este pequeño rincón con vosotros, ¿Qué te ha parecido? Cuéntame qué piensas , me encanta leeros.

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Gracias, de nuevo, por hacer esto posible.

¡Nos leemos pronto!


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